Esta construcción futurista de acero, que se asemeja a una noria, y las enormes fachadas de cristal, que proporcionan una vista inusualmente abierta, no es lo que uno espera normalmente de un hospital: el hospital infantil de Londres es un hito arquitectónico de una calidad particular. La funcionalidad y la estética se combinan aquí con éxito. Los acentos de color los pone el potente rojo de las zonas sin ventanas y las torres en forma de chimenea de la fachada exterior, que se fabricaron con elementos TERRART®.